Carta de Principios
América Latina y su institucionalidad social constituyen un universo heterogéneo y diverso. El reconocimiento y valoración de esta pluralidad, que es una de sus mayores riquezas, es el punto de partida de la “MESA de Articulación de Asociaciones Nacionales y Redes de ONG de América Latina y el Caribe”.
En efecto, quienes adherimos a la MESA de Articulación desde hace ya varios años hemos iniciado un esfuerzo por constituir un espacio autónomo, flexible, democrático, independiente y auto organizado. Se trata de un ámbito de encuentro, convergencia, intercambio y organización que reconoce la variedad de Asociaciones, Plataformas, Grupos y Alianzas de ONG en la Región.
Promovemos un espacio de articulación de las ONG de la región. Ello, para la formulación de una agenda de respuestas comunes que las propias ONG formulen ante los desafíos de América Latina y el Caribe, para que se confronten y dialoguen con otros actores políticos, gubernamentales y no gubernamentales, sociales y académicos.
Los integrantes de la MESA, Asociaciones Nacionales y Redes regionales de ONG, provenimos de una tradición que junto con reconocer su pluralidad, respondemos a formas de organización basadas en el funcionamiento democrático y pluralista. A su vez, jugamos un rol político marcado por la práctica de la autonomía social, superando y alejándose de las categorías tradicionales que caricaturizan a nuestras organizaciones como de “oposición” u “oficialistas”, ello, ante la definición que hacen los medios de comunicación, la política partidaria y los gobiernos.
Tenemos un fuerte anclaje local, ligado a una comprensión global de los problemas sociales, y nos distinguimos por nuestro trabajo en escenarios nacionales y locales. Compartimos, además, un perfil político caracterizado por una tradición de resistencia al autoritarismo; la contribución a la consolidación de nuevos sujetos políticos y movimientos; la búsqueda de alternativas de desarrollo ambientalmente sustentables y socialmente justas y culturalmente pertinentes; el compromiso de lucha contra la exclusión, la pobreza y las desigualdades sociales; la promoción de derechos, construcción de ciudadanía y defensa de la ética en la política para la consolidación de la democracia.
Las organizaciones que hacemos parte de la MESA, manifestamos la igualdad de los ciudadanos y las ciudadanas, lo que implica luchar contra toda forma de discriminación y exclusión, sea ésta del carácter que fuere: género, raza, etnia, religión, opción sexual, por nombrar las más recurrentes.
Al fortalecer a la MESA como instancia legítima de la Sociedad Civil, no pretendemos la representación de esta última ni la de los movimientos sociales ni la de sus organizaciones, menos aun sustituir la función de los Partidos Políticos. Tampoco buscamos reemplazar las instancias asociativas regionales o nacionales que en el orden temático, territorial o gremial, se han dado las ONG a lo largo de estos años.
Nos constituimos más bien en una instancia complementaria que busca sumar y promover las capacidades de las organizaciones de ONG, de facilitación del diálogo, el encuentro, la organización y la relación entre distintas experiencias asociativas de ONG de América Latina y el Caribe que apoyan a la ciudadanía. Del mismo modo, promovemos contactos y alianzas de las ONG con los colectivos de sectores excluidos y con los actores privados y públicos comprometidos en la construcción de una agenda común.
Desde la sociedad civil, defendemos y propugnamos el pluralismo, la autonomía y la participación como condiciones indispensables para garantizar la soberanía popular.
Los compromisos que asumimos como organizaciones ligadas a la MESA se sustentan en distintos valores que entendemos fundamentales en nuestra acción: la justicia social, la solidaridad, la ética, la equidad de géneros, el respeto y valoración de la diversidad cultural y la interculturalidad y la transparencia.
En la MESA, en su condición de articulación de Plataformas de ONG, reconocemos una instancia que enriquece al movimiento de una sociedad civil global, y que considera el impacto de la globalización sobre los territorios locales. Es por ello que impulsamos la necesidad de articular a las ONG para incidir en ámbitos internacionales promoviendo posiciones que requieren ser más visibles.
Bajo el precepto de que “Otro Mundo Es Posible”, damos prioridad a las dimensiones y temas que nos parecen relevantes para la generación de un orden global más justo que busca superar las fuertes asimetrías entre regiones y zonas del planeta.
Sobre la base de tales principios ordenadores, los miembros de la Mesa declaramos que:
- Apoyamos la formulación de alternativas de desarrollo humano y sustentable, que contemplen la equidad y la justicia social, con especial atención a las cuestiones de género, raza y etnia, y el equilibrio ambiental para las generaciones presentes y futuras, y que luchen por un medioambiente sustentable en particular contra el calentamiento global del planeta.
- Exigimos el cumplimiento de los compromisos en materia de cooperación al desarrollo, asumidos por los países industrializados, promoviendo y apoyando además, nuevas formas de fiscalidad internacional y de mecanismos innovadores de financiamiento al desarrollo. Donde el combate contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales así como la lucha por la generación de impuestos globales, son temas cruciales para erradicar la pobreza y la desigualdad en el planeta.
- Exigimos la urgente reforma del sistema internacional, en particular la democratización de la Institucionalidad global donde se incluyen tanto las Instituciones Financieras Internacionales (IFIS) como el Sistema de Naciones Unidas.
- Actuamos local y globalmente por una nueva forma de intercambio comercial basado en los preceptos del Comercio Justo, que incida en las negociaciones comerciales globales.
- Promovemos la “Carta de Caracas” que sostiene que es urgente, necesaria y posible otro tipo de Integración Latinoamericana, y que reconociendo las asimetrías existentes, promueva la solidaridad. Ello supone trabajar en la construcción de una ciudadanía regional, basada en la subordinación del mercado y en la creación de sistemas inclusivos de protección social, así como la ampliación universal de los derechos ciudadanos y la construcción de una cultura de la paz.
- Nos regimos por los principios de soberanía, independencia y reciprocidad, comprometiéndonos a promover una sociedad civil global, y a impulsar relaciones de cooperación, diálogo político y solidaridad “Sur-Sur”, “Sur-Norte” y “Norte-Sur”.
- Actuamos sistemáticamente por la erradicación de la pobreza y las desigualdades, así como en la defensa irrestricta de los derechos humanos pues sólo así se generan procesos de cohesión social. Del mismo modo, promovemos el ejercicio pleno y la ampliación de derechos políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales de las personas, grupos organizados y etnias.
- Trabajamos por una ampliación de la ciudadanía promoviendo una amplia participación social en los asuntos públicos, pues entendemos que éstos no constituyen un monopolio ni del mercado, ni del Estado ni de las fuerzas político-partidarias, sino que constituyen un campo que involucra fuertemente a la sociedad civil.
- Demandamos la democratización de los medios de comunicación así como el reconocimiento del derecho ciudadano a la comunicación y que se garantice el acceso irrestricto a la información pública.
- Trabajamos por el bien común, gestionamos y administramos recursos públicos y aspiramos a construir y a ampliar lo público democrático en nuestros países y en la esfera internacional. Esta aspiración pasa por nosotros mismos y se concreta en la exigencia de ser transparentes y rendir cuentas públicamente, respecto de quiénes somos, qué pretendemos, qué hacemos, cómo lo hacemos y con qué lo hacemos.
- Finalmente, reafirmamos que nuestro principal esfuerzo está dirigido a dar mayor profundidad, alcance, densidad y calidad a las democracias de la región. No dudaremos en promover y apoyar el control y la vigilancia ciudadana que permitan garantizar el más pleno desarrollo de la participación ciudadana, el reconocimiento de minorías y el ejercicio más amplio de derechos, en beneficio de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
Santiago, 23 de marzo de 2007.