Mesade articulación

Los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil han señalado que en la Conferencia Río +20 no se pretende debatir sobre asuntos que realmente promuevan alternativas a la situación actual en la que se encuentra el planeta. Marcelo Durao, dirigente nacional del MST y uno de los representantes de Vía Campesina de la Cumbre de los Pueblos, dice que “el evento será un gran acuerdo entre los jefes de Estado y las grandes corporaciones , y las soluciones para una economía verde vendrán con el mercado. En la sociedad civil, por el contrario, creemos que debe haber un debate más amplio sobre las cuestiones ambientales”.

Para Durao “discutir de economía verde es discutir el capitalismo. Se cree que el capitalismo puede ser bueno. No existe una economía verde real, no existe un real capitalismo verde. Ejemplos de ello son la mercantilización de los bonos de carbono, pago por servicios ambientales-que no representan soluciones concretas reales. Es la continuidad del mismo capitalismo vestido de verde. Generalmente el discurso es seguir con la centralización, para acumular riqueza sobre la base de estas corporaciones”. Esta aparente disolución de la matriz capitalista deja de lado a millones de años de interacción humana con la naturaleza, ya que somos parte de un ecosistema, y se introduce en este contexto la idea de que todo lo que puede ser comercializado.

Una de las críticas a la llamada economía verde es precisamente el hecho de que es un modelo que la mercantilizará aún más la naturaleza, a través de los llamados “servicios ambientales”. “Esto es un error porque el modelo considera al bosque como un producto. Por ejemplo, el aire no se puede comprar. La idea es poner precio a todos los bienes naturales. No estamos de acuerdo con eso y debemos afirmar el carácter de estos bienes públicos, porque los recursos naturales pertenecen a la sociedad “, dice Ivo Lesbaupin, miembro del consejo ejecutivo de la Abong.

Lo que las organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales defenderán en la Cumbre de los Pueblos es una reflexión sobre lo que es en realidad una economía verde y qué propuestas concretas ya están en marcha en todo el mundo. “Quilombolas, MST, Vía Campesina, etc. La expectativa es que podamos dar respuestas concretas a todos los pueblos “, dice Marcelo Durao. Como ejemplo, cita la reforma agraria, antigua bandera de los movimientos como el MST, “es un retorno de los trabajadores al campo. Sin embargo, el retorno tiene que ser completo, con condiciones reales. Lo que queremos demostrar es que nuestras propuestas presentan soluciones concretas a una nueva forma de vida”.

Para los nueve días de Cumbre, se contempla una programación que orientará la acción de las organizaciones participantes y hay una marcha programada para el 5 de junio, con la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente.

Rosilene Wansettos, la red Jubileo Sur y miembro del grupo de articular a la Cumbre de los Pueblos, dice que “la idea es que sea un momento de fortalecimiento. Es una agenda acordada y el 20 de junio también será un día de movilización global”.

Durante la semana de la Cumbre, las organizaciones de la sociedad civil realizarán debates, actividades auto-organizadas y reuniones. Ivo Lesbaupin explica que “el objetivo es discutir y explicitar con el máximo de claridad posible, las causas reales de los desastres ambientales que están ocurriendo y, a continuación mostrar sus impactos”.

Como se trata de un evento que tiene un rol crítico a Río +20 delante, uno de los desafíos es dar a conocer información sobre la Cumbre. “El acto oficial tendrá una cobertura mediática muy grande y el gobierno hará cualquier cosa para esta cobertura sea lo más amplia poosible. Nosotros, como Cumbre de los Pueblos, debemos utilizar todos los medios disponibles y la difusión al más alto nivel posible, publicar artículos y realizar manifestaciones “, dijo Lesbaupin.

Draft Zero Cero

Veinte años después de Río 92, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) tiene, para esta próxima convención, un programa diseñado con las ideas y propuestas como alternativas al modelo de desarrollo actual. Sin embargo, en un análisis más detallado, el Draft Zero no parece proponer cambios importantes, además de mantener sus medidas paliativas políticas, manteniendo las políticas propias del neoliberalismo. Nada más allá de lo que ya se ha observado desde las primeras discusiones sobre el medio ambiente.

Los movimientos sociales, organizaciones de la sociedad civil y expertos de diferentes ámbitos han demostrado que en estos últimos 20 años, muchas cosas han empeorado en relación con el medio ambiente. El planeta está al borde del colapso. Con el proceso de globalización, que ha avanzado a pasos agigantados, quienes ya controlaban el poder financiero se han vuelto aún más poderosos.

Mientras las desigualdades sociales han aumentado de manera exponencial, los alimentos producidos por los grandes latifundistas están cada vez más sometido a los conservantes y otras sustancias tóxicas, los pequeños agricultores están perdiendo terreno cada año y el agua dulce está desapareciendo. De acuerdo al informe de los Recursos Forestales Mundiales 2010, de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), unos 13 millones de hectáreas de bosques son destruidas cada año en el mundo. Y después de la crisis financiera que estalló en 2007, se hizo evidente que repensar el modelo económico capitalista y el impacto de la relación entre la producción y el consumo en un contexto neoliberal, es una urgencia.

Bajo el título “Draft Zero – El futuro que queremos”, el documento de 17 páginas, insiste en que el término “economía verde”. Sin embargo, en ningún momento se explica lo que se entiende exactamente por economía verde. “El Draft Zero es un “caballo de Troya ‘, que aborda la naturaleza desde la mercantilización. No hay claridad sobre lo que es la economía verde “, dice Ivo Lesbaupin.

Autor del texto “La solución es la ‘economía verde’?” Lesbaupin alerta sobre el hecho de que el planeta está en un contexto de urgencia. “La humanidad está ahora rumbo a la no sustentabilidad, transformando rápidamente la tierra en inhabitable.” Como causas, el director de ABONG apunta a al aumento del dióxido de carbono y gas metano en estos doscientos años, y especialmente en los últimos treinta años. También menciona los principales agentes causantes de los impactos naturales, como la dependencia de los combustibles fósiles, el aumento desmedido de cabezas de ganado, rebeldes, lagos artificiales creados en las áreas de usinas hidroeléctricas y la destrucción de nuestros bosques.

El director de ABONG llama la atención sobre uno de los puntos más importantes de este proceso, que es ignorado por el Draft Zero: la relación entre producción y consumo.

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